Por: Alejandro
Rebossio | 11 de julio de 2013
La inflación
está siendo un asunto de preocupación en varios países latinoamericanos. En
Venezuela, donde rigen controles cambiarios y de precios y donde este año se
devaluó 32% el bolívar, la inflación alcanzó en junio un ritmo anual del 39,6%.
Ese mes los precios se elevaron el 4,7%, sobre todo por el encarecimiento del
transporte, los alimentos –no por nada el presidente Nicolás Maduro había salido de gira
sudamericana para conseguir aprovisionamiento- y bebidas no alcohólicas. La
inflación de la primera mitad de 2013 (25%) superó a toda la de 2012 (20%)
"en un contexto afectado por el ajuste del tipo de cambio oficial, la
adecuación de los precios de algunos rubros sujetos a control, principalmente
en alimentos y en las tarifas del transporte terrestre de pasajeros",
admitió el Banco Central este martes.
En un intento
por contrarrestar la escasez de productos básicos importados en este país
petrolero, el Gobierno de Maduro prevé reanudar la subasta de divisas para
importaciones. En Venezuela, al igual que en Argentina, la inflación ha
impulsado el ahorro en dólares y éste ha derivado en restricciones del mercado
de cambios, que a su vez han impulsado el desarrollo de una plaza ilegal de
divisas. En el primer trimestre de 2013, Venezuela creció solo el 0,7%.
Brasil, que
viene de semanas de protestas sociales que comenzaron por la subida del tique
del transporte público, subió este miércoles los tipos de interés en un intento
por contener la inflación. La salida de capitales especulativos que afecta a
todos los mercados emergentes y de materias primas en beneficio de EE UU, ante
el temor de que la Reserva Federal (Fed, banco central) de este país suba los
tipos ante una economía que ya no necesitaría estímulos, se ha cebado sobre
todo contra Brasil, donde la economía de por sí crecía poco en relación a sus
vecinos latinoamericanos, pese a la relajación monetaria de 2012. El real se
devalúa, después de años de apreciaciones que han debilitado el aparato
industrial brasileño, y eso impacta en los precios de los bienes importados. Y
el Banco Central, que hasta hace poco se preocupaba por incentivar la economía, ahora,
sin haberla recuperado aún, la puede desalentar. Es que ha subido ya tres
veces los tipos, la última vez, del 8% al 8,5%, porque también le teme a la
inflación, que en junio registró el nivel más alto en 20 meses, al llegar al
6,7% anual.
El Gobierno de
Dilma Rousseff prepara además un ajuste fiscal para desalentar los precios.En el primer trimestre, Brasil se expandió al 0,6%. También
habrá que evaluar el impacto de la declaración de este miércoles de la Fed en
el sentido de que mantendrá los estímulos monetarios hasta que se recupere el
empleo, lo que puede desalentar el retiro de capitales de los mercados
emergentes y de materias primas.
En Argentina,
el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner reaccionó ante la subida de la
inflación con un congelamiento de precios de los supermercados que ha pasado de
total a parcial. En enero, antes del acuerdo con las grandes cadenas de
supermercados, la inflación medida por consultoras y recopilada por diputados de
la oposición, el llamado IPC Congreso (IPC, por el índice de precios al
consumidor), había subido al 2,5%, respecto del 2,1% del mes anterior. En 2012
había sido del 25,6%. Entonces, el secretario de Comercio Interior, Guillermo
Moreno, pactó una congelación total de precios en los grandes comercios. La
inflación mensual bajó en los siguientes meses: 1,2% en febrero, 1,5% en marzo
y lo mismo en abril y mayo, con lo que el índice anual se redujo al 23,3%. Pero
el pacto acabó en junio, cuando comenzó a regir otro por 500 productos, en
lugar del universo de 10.000 que ofrecen los supermercados. Un sondeo de la
agencia Reuters indica que las consultoras prevén un alza del 1,9% en junio.
Moreno clausuró la semana pasada por cinco horas cuatro locales de supermercados,
de las cadenas Carrefour, Wal-Mart, la chilena Cencosud y la argentina Coto,
por carecer de oferta de los productos con precios acordados hasta las
elecciones legislativas de octubre próximo. Fernández había lanzado precisamente en junio una campaña para
que militantes controlaran el cumplimiento del convenio.
Además, el
Banco Central argentino ha subido los tipos de interés de sus colocaciones de
deuda de corto plazo, aunque no tanto para controlar la inflación sino para
doblegar la subida del dólar en el mercado paralelo. Esta medida se sumó al control gubernamental de las cuevas (casas de cambio
ilegales), a la creación de bonos en dólares para aquellos inversores que
blanqueen sus divisas no declarados ante Hacienda y a la venta por parte de la
Seguridad Social de títulos públicos en moneda norteamericana, que servían como
vía legal de fuga de capitales. En definitiva, el dólar en el mercado paralelo,
que había llegado a cotizar a más de diez pesos, el llamar dólar Messi,
que comenzaba a alentar la inflación y a perjudicar la actividad económica, ha
bajado a poco más de ocho desde mayo pasado hasta ahora, mientras la cotización
oficial es de 5,42 pesos. El PIB argentino se ha expandido al 4,4%, según el
Gobierno, pero las consultoras calculan que ebl crecimiento ha sido de la mitad
de lo informado.
En México, la
inflación anual a junio llegó al 2,7%. El Banco Central, que se había alterado
por subidas de precios en meses anteriores, ya no las considera necesarias
porque la desaceleración de la actividad económica las ha aplacado. Tampoco se
espera que recorte los tipos para estimular la expansión del PIB después de que
el peso, al igual que otras monedas latinoamericanas, se depreciara en las
últimas semanas, lo que estimula la inflación aunque también la producción
local. La economía mexicana creció solo 0,8% en el primer trimestre.
Otro país sin
problemas de inflación, pero también con desaceleración económica es Colombia.
En junio, el IPC subió el 2% interanual. Y en el primer trimestre el PIB aumentó el 2,8%, frente al 5,4%
del mismo periodo de 2012.
En Chile, la
inflación subió por encima de lo esperado en junio, pero está en el 1,9% anual.
El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, prometió que acabará el año en la
parte del rango de tolerancia fijado, que es de entre el 2% y el 4%. La economía chilena crece menos que en 2012, pero aún al 4,1% en
los primeros cinco meses de 2013.
Para completar
el panorama de las siete principales economías de la región, en Perú la
inflación subió al 2,7% anual en junio, pero todavía dentro de las metas
determinadas por el Banco Central, de entre el 1% y el 3%. El incremento se
concentró sobre todo en los alimentos, cuyos precios internacionales no han
caído como los de la minería, sino que han subido por cuestiones climáticas.
También se ha incrementado los del petróleo, en este caso influido por la
crisis de Egipto. En el
primer trimestre de 2013, el PIB peruano se expandió al 4,8%, en línea con la
ralentización de toda la región.
Más allá de
los casos de Venezuela y Argentina, los países de América Latina se mantienen
con índices de inflación menores al 10%, tolerables en economías en vías de
desarrollo en expansión, aunque resulten llamativos en mercados desarrollados.
El país que más se acerca al 10% dentro de esa inmensa mayoría es Uruguay,
donde la inflación anual a junio fue del 8,1%. El Banco Central ha recortado
tipos este año para bajarla, pero el mes pasado se han elevado más de la cuenta
los precios de los alimentos, el transporte y los productos y servicios de
recreación. Su economía creció al 3,7% en el primer trimestre.
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